El mundo es un lugar cada vez más caliente, o al menos eso
parecen confirmar los datos de 2011. Este año ha registrado las
temperaturas más altas desde que empezaron a medirse en 1850, según la
Declaración Anual sobre el Estado del Clima Mundial, difundida por la
Organización Mundial de Meteorología (OMM) en la XVII Conferencia de la
ONU sobre Cambio Climático.
El documento, basado en datos procedentes de estaciones de estudio del
clima, barcos, boyas y satélites, refleja que los trece años más cálidos
se han producido 'sin excepciones' en los últimos 15 años, desde 1997.
Concretamente, en 2011, las temperaturas han superado a las de
cualquiera de los años anteriores durante periodos durante periodos
influidos por La Niña, que suelen influir a la baja en las temperaturas.
Como referencia, recuerda que los años en que este fenómeno es intenso,
las temperaturas suelen ser entre 0,10 y 0,15 grados centígrados menos
cálido o más frío que los años precedentes y posteriores al fenómeno. En
este contexto, las temperaturas mundiales de 2011 fueron inferiores a
las de 2010, aunque "considerablemente más altas" que en los episodios
de intensidad moderada a intensa de los últimos fenómenos de La Niña:
2008 (+0,36 ºC), 2000 (+0,27 ºC) y 1989 (+0,12 ºC).
Con estas
cifras en la mano, el subsecretario general de la OMM, Jeremiah
Lengoasa, ha señalado en Durban que "el cambio climático es real" y que
"las temperaturas seguirán subiendo". De hecho, entre enero y octubre la
temperatura del aire en la superficie de la Tierra y del mar se situó
en unos 0,41 grados centígrados por encima del promedio anual del
período 1961-1990. Lengoasa también ha mencionado que el periodo
2002-2011 iguala al de 2001-2010 como la década más cálida documentada
hasta la fecha, con 0,46 grados centígrados de incremento de
temperatura, según refleja el informe.
"Nuestros datos
científicos demuestran inequívocamente que este aumento de temperatura
es atribuible a las actividades humanas", ha añadido el secretario
general de la organización, Michel Jarraud, quien también ha remarcado
que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha
alcanzado nuevos máximos. Este valor podría desencadenar profundos
cambios."La Tierra se está acercando muy rápidamente a unos niveles que
podrían reflejar un aumento de 2 a 2,4 grados centígrados en la
temperatura media mundial. Esto podría afectar de forma irreversible a
nuestra biosfera y océanos", ha concluido Jarraud.
En cuanto a
los hielos marinos del Mar Ártico, cuya extensión mínima estacional se
alcanzó el 9 de septiembre, con 4,33 millones de kilómetros cuadrados,
una cifra que es un 35 por ciento menor al promedio 1979-2000 y
"ligeramente" superior al mínimo registrado, que se logró en 2007. A
diferencia de lo que sucedió ese año, tanto el corredor marítimo
noroccidental como el nororiental estuvieron exentos de hielo durante
ciertos períodos en el verano de 2011. El volumen del hielo marino fue
nuevamente inferior al promedio, habiendo alcanzado según las
estimaciones un nuevo mínimo, sin precedentes, de 4 200 kilómetros
cúbicos, inferior a su vez a los 4 580 kilómetros cúbicos alcanzados en
2010.
Por último, la OMM ha explicado que otros datos
significativos debidos a las causas meteorológicas han sido: sequía
intensas sequías en África oriental, en las islas del Pacífico
ecuatorial central y en el sur de Estados Unidos; así como grandes
crecidas en el sureste de Asia, Pakistán y América central y del sur.
Además, destaca que se ha producido la "peor crecida repentina" en
cuanto a número de víctimas porque se acompañó de deslizamientos de
tierra en Brasil.
La versión final del texto, referido a los
primeros diez meses de 2011, se publicará el próximo marzo, una vez se
conozcan la evolución de la temperatura en noviembre y diciembre de este
año.
articulo obtenido de: www.innovaticias.com
Cada cierto tiempo, los paleontólogos anuncian el descubrimiento de un nuevo tipo de dinosaurio. Algunos destacan por su tamaño, otros por su habilidad para correr o nadar e incluso se encuentran ejemplares que han dado comienzo a una larga estirpe. El último que viene a completar el generoso inventario del Cretácico tiene un físico imponente y un aspecto extremadamente llamativo. Se trata de un saurópodo de cuello largo llamado Brontomerus mcintoshi, al que los científicos han apodado «muslos de trueno» porque los músculos de sus patas eran enormemente poderosos. El animal, de unos 110 millones de años de antigüedad y descubierto en Utah (EE.UU.), utilizaba sus terribles patas como un arma para defenderse de los depredadores que querían atacarlo y para desplazarse por accidentados terrenos. La investigación aparece publicada en la revista Acta Palaeontologica Polonica.
El «muslos de trueno» pertenece al a familia de los Brachiosaurus y Diploducus. Vivió durante el Cretácico inferior y probablemente no tuvo una existencia fácil, ya que se vio obligado a lidiar con feroces depredadores como el Deinonychus y el Utahraptor. Los huesos fosilizados de dos ejemplares de Brontomerus -un adulto y una cría- fueron rescatados por investigadores del Museo de Sam Noble de una cantera del este de Utah. Los paleontólogos creen que el espécimen más grande es la madre del menor. Habría pesado alrededor de 6 toneladas y medido 14 metros de longitud, aproximadamente el tamaño de un elefante grande. El pequeño, similar a un pony en sus dimensiones, pesaba unos 200 kilos y medía 4,5 metros de largo.
Los investigadores identificaron el nuevo dinosaurio por el esqueleto incompleto, que incluía los huesos del hombro, la cadera, las costillas, las vértebras y algunos fragmentos que no fueron identificados. La característica más llamativa resultó el hueso ilíaco (de la cadera), inusualmente grande en comparación con el de dinosaurios similares. La forma de los huesos indica que el animal habría tenido los músculos de la pierna más grandes que cualquier saurópodo.
Dinosaurio «carismático»
«El Brontomerus mcintoshi es un dinosaurio carismático y un descubrimiento muy emocionante para nosotros», afirma Mike Taylor, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra del University College de Londres y autor principal del estudio. «Cuando nos dimos cuenta de la forma extraña de la cadera, nos preguntamos cuál era su significado, pero llegamos a la conclusión de que patear era lo más probable», explica. «La patada pudo haber sido utilizada por los machos para pelear por una hembra, pero también para defenderse de sus depredadores».
Otras marcas en los huesos dan pistas del estilo de vida del Brontomerus. Los científicos creen que este atlético dinosaurio, lejos de animales como los hipopótamos, preferían los lugares secos y las zonas montañosas a los pantanos, así que tal vez vivió en terrenos accidentados y montañosos, donde los músculos funcionaban como una especie de «tracción a las cuatro ruedas».
«Muslos de trueno» también es un hallazgo significativo por otra razón. Es uno más de una serie de hallazgos en los últimos veinte años que desafían la idea de que los saurópodos comenzaron a desaparecer en el Cretácido Inferior. «Parece que los saurópodos pueden haber sido tan diversos como fueron durante el Jurásico, pero mucho menos abundantes», apunta Matt Wedel, coautor del estudio.